martes, 26 de mayo de 2015

Por qué me quité del voto


Parafraseando aquella vieja recitación llamada “Por qué me quité del vicio”, debo confesar que durante tres décadas participé en las elecciones de mi país convencido de que la democracia es el sistema menos malo para la conducción de los pueblos, anclados como están en un capitalismo brutal y cavernario en donde unos pocos viven como dioses y la mayoría sobrevive en una raquítica existencia de limitaciones y carencias.

No es por hacerles desaigre... Es que ya no soy del vicio... Astedes me lo perdenen, pero es qui hace más de cinco años que no voto más, onqui ande con los amigos.
Con mi indiferencia a “sus” elecciones quiero dejar patente mi desprecio absoluto a los partidos políticos y sobre todo a los políticos que componen esos partidos; a las instituciones electorales y la patética indignidad que han mostrado ante los desplantes de los pillos del Partido Verde y su humillante demostración de impunidad y complicidad con el resto de las instituciones dizque democráticas.

Que si no me cuadran...? ¡Harto! Pa que he di hacerme el santito, si he sido retecrédulo; ¡Como pocos lo haigan sido! ¡Per'ora si ya no voto, manque me lleven los pingos!    Dendi antyes que me casara encomencé con el voto; y aluego, ya de casado, tamién le tupí macizo a la votada... ¡Probecita de mi vieja! ¡Tan güena sempre conmigo! ¡Por más que l'hice sufrir, nunca le perdió'l cariño a mis promesas de la democracia!
No es la democracia en que la quiero participar, de la que quiero ser partícipe, seguramente seguirán saqueando el país ante mis narices, pero por lo menos quiero decirles que no cuentan con mi aval.

Dend'entonces ya no voto onqui ande con los amigos...  No es por hacerles desaigre, pero ya no l'entro al vicio... Y cuando quero rajarme, porque sento el gusanito de creer en algún compa, nomás me acuerdo de m'hijo, y antonces sí, ya no voto ¡Manque me lleven los pingos!

Ahora que todo el aparato está desesperado rogándonos a los mexicanos para que votemos, quiero advertirle algo: mientras no existan las condiciones para plebiscitos y consultas populares sobre nuestras más perentorias preocupaciones; mientras no existan las opciones claras e imparciales para la elección de candidatos independientes; de movimientos sociales independientes, de decisiones sociales y populares vinculantes; mientras lo único que vemos crecer es la represión, el robo y la impunidad, y no la educación, el empleo y la equidad, me voy a retirar del voto, no contarán conmigo ¡manque me lleven los pingos!