domingo, 12 de mayo de 2013

Los años treinta en Puebla


Parte dos. El drama de la telefonía. Hablando del servicio telefónico, en el México de los años treinta ocurrió una cosa muy singular entre las dos empresas telefónica extranjeras que recibieron concesiones del gobierno para explotar el servicio público, y Puebla no fue la excepción: la Compañía Mexicana, que de mexicana sólo tenía el nombre, pertenecía a la Bell Company de los Estados Unidos y la Ericsson, de la transnacional sueca. El gobierno permitió que las líneas de cada una crecieran cada una por su lado y, para la década de los años treinta, era una situación bastante confusa, pues los usuarios de teléfonos únicamente podían comunicarse si contaban con la línea de la misma compañía. Las empresas tuvieron que poner teléfonos de ambas compañías paras prestar un servicio eficiente al público, de tal forma que el Cinema Royal, por ejemplo, que estaba en la avenida Reforma número 112, tenía con la Ericsson el teléfono 68-36, mientras que con la Compañía Mexicana el 17-81. O la tienda de estandartes y banderas El Havre, con teléfonos 21-42 de Mexicana y 30-42 de Ericsson. Esta singularidad se repetía en dieciocho ciudades de la República, Puebla entre ellas, y duró diecisiete años más, hasta que en 1947 el gobierno creó la empresa Teléfonos de México que fusionó las instalaciones de aquellas compañías. (4)

“¡Riiinnng!” Unos timbrotes de este tamaño. Pero sí se oía, pero eran como unas cajas así de madera, grandes y ya luego vinieron los otros como de cajita, y luego ya vinieron los de la Mexicana, de mesa. Y tuvimos Mexicana pero no por mi papá, que prefería nomás Erickson. Desde que yo me doy cuenta, Erickson siempre fue nuestro teléfono, pero como mi hermana tuvo un novio que trabajaba en México y era jefe, mando poner un Mexicana, porque, pues, él hablaba ¿no? Y él nomás trabajaba hasta el viernes. El viernes venía de México y se estaba aquí, así es de que por eso teníamos dos teléfonos, Mexicana y Erickson, pero mi papá no pagaba Mexicana, el novio lo mandó poner para hablar con mi hermana. Si hablaba, pues él pagaba. Y ya les contábamos a los amigos que tenían Mexicana, y si ellos tenían también Mexicana, pues hablaban también. Pero en esos años mi papá dijo “no, qué teléfono ni que nada”, pero no papá, lo va a pagar él. “Ah, bueno...” (Doña Judith Cid de León)

Función doble

Cine Variedades y cine Constantino
Esposa anónima
Por Robert Taylor, Loretta Young y Patsy Kelly.
“Variedades” Equipo sonoro “Westers Electric, Área Ampliada.
Hoy miércoles 6 de enero de 1937, función de 4 a 11 pm, permanencia voluntaria.
Programa especial dedicado  a los niños: Laurel y Hardy en Dos pares de mellizos, 8 partes, la pareja de Gordo y Flaco tienen hermanos gemelos. Las carcajadas se han duplicado
Variedades 4:35 y 8.15; Constantino 6,05 y 9,45
Precios: Variedades 60, 40 y 20; Constantino 45, 30 y 15 (centavos) Todos los niños pagan.
Estreno de los noticiarios Fox y Metrotone. Vistas exclusivas de la revolución en España en nuestro noticiero Fox. Pasará en el Variedades a las 4 y a las 7:00; en el Constantino a las 5:20 y a las 9:50 horas. (5)

Cine poblanos

En los años treinta nuestras diversiones se circunscribían a unos cuantos paseos por el zócalo y la asistencia asidua a los cines, como cuando exhibían en el Cinema Royal El terror de los mares, en tres partes, y nuestra tía la quería ver. El papá ya hizo cálculos financieros. Nadie se quiere perder Sangre ardiente, con Marina Roos y Hans Stube, la propaganda del 6 de enero de 1937 dice que será una película de costumbres húngaras, música de cuerdas, ballets encantadores y dramáticas carreras de caballos. La proyección será en nueve partes y el programa dura en total tres horas, con funciones a las 6.00 y a las 9.25
En Puebla hay tres cines: el Variedades, el Constantino y el más nuevo, el Royal, la entrada a Luneta cuesta 60 centavos. Y se aclara: “Todos los niños que ocupen butaca pagarán boleto”. Aunque hay permanencia voluntaria, los precios son accesibles para todo público, sobre todo el miércoles, pues ya desde entonces existía el miércoles popular. El Variedades cobraba 60, 40 y 20 centavos, el Constantino 45, 30 y 15 centavos. Los domingos las funciones empezaban a las 4 de la tarde y terminaban hasta las once o doce de la noche. Era extraño salir en aquellas noches poblanas de silencio sepulcral. La ciudad dormía a esas horas. (6)

No se la pierda
Sensacional, emocionante, novedosa
¡El Fakir Maldito!
Hablada en inglés e interpretada por Philipss Brarringtou, Misha Auer y Ralph Lewis.
Los secretos y las artimañas de que se valen los hipnotizadores. Charlatanes mostrados en la pantalla por una trama altamente interesante.
Luneta 60 centavos. Todos los niños que ocupen butaca pagarán boleto.
Cinema Royal, Nueva empresa mexicana, Reforma num. 112,
Teléfonos: Ericsson: 68-36 Mexicana: 17-81 (7)

Y después del cine…

En el callejón del Variedades estaban las gordas, que decía uno, las chanclas, los pambazos y las tortas, también. Se acostumbraba que se metía uno al cine Coliseo, al cine Variedades, metía uno sus bolsas de tortas, cosa que ahora ya no permiten; y andaban vendiendo refrescos, paletas, con su caja dentro del cine, y ahí mismo pedía uno un refresco, y se lo servían a uno, y ya se comía uno las tortas con el refresco. Películas americanas muy buenas, las de Gary Cooper, las de Bety Davis, musicales, las de Lauren Bacall, Humprey Bogart, y así. Y se acostumbraba que se daban dos películas en la misma tarde. (Don Carlos Alberto Julián Galis)
Moda

El cine era nuestra ventana al mundo, donde las jóvenes poblanas veían los cambios en la moda, en la actitud de las mujeres representadas con estoicismo escandinavo por Greta Garbo o la temperamental Bety Davies. Los caballeros, por su parte, forjaban arquetipos en actores como Víctor Mature y Robert Taylor, de carácter fuerte pero de impecable moral y valentía. Y claro, seductores. Los hombres, que empezaban a serlo como a los dieciséis, diecisiete años, usaban gabardinas y sombreros al estilo –sin quererlo- de Al Capone y Eduard G. Robinson. Trajes grises de finas líneas blancas verticales. Casimires italianos, lanas inglesas. Sombreros de fieltro grises, con una banda negra en las sienes de aquellos caballeros, nuestros abuelos, que caminaban con sus esposas a la iglesia o al cine o simplemente a dar una vuelta al zócalo y observar la catedral.

La moda de las mujeres estuvo marcada por una figura de hombros anchos y caderas relajadas. Fue la década de los botones, cuando el uso de resinas sintéticas propició el uso algo histérico de botones de todos tamaños y colores. Como no recordar el vestido de la secretaria de aquella fábrica, de abundantes botones, que Chaplin recrea en Tiempos Modernos, cuando siente la imperiosa necesidad de atornillarlos. Y la llegada de las medias, aunque tardíamente, en 1939, cuando las medias de lana que todas tenían, y las de seda, que pocas tenían, fueron sustituidas por el maravilloso nylon. 


4) La Raza de la hebra, historia del telégrafo Morse en México, BUAP, 2004, L. Noyola, p. 69-70
5) Archivo histórico municipal de Puebla. Cartel 112
6) Ibid, s/n
7) Ibid, Cartel 109

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