viernes, 17 de diciembre de 2010

Simón Simón


Cuando era niño pensé que se trataba de un héroe mexicano. Y ya entrado en ignorancias, cuando me enteré que había nacido en Venezuela, imaginé que sería un estado más del enigmático sur de nuestro enorme país. Lo cierto es que desde siempre tuve relación con el nombre y el perfil hierático de Simón Bolívar, héroe de la independencia, al igual que Hidalgo, Morelos o Allende.

El 17 de diciembre de 1830, víctima de tisis, según algunas versiones, o de cáncer, según otras, muere en las cercanías de Santa Marta, Colombia, el libertador de Venezuela, de Colombia, de Ecuador y de Perú, además fundador de Bolivia, Simón Bolívar, nacido en Caracas, Venezuela, 47 años antes.

Hay muchas razones para apreciar a este héroe venezolano: su genio guerrero, su pensamiento libertario, su amor por Manuela Sáenz, su capacidad de soñar en una gran e imposible patria iberoamericana. Tras haber leído El general en su laberinto, de García Márquez, y otro sobre la correspondencia entre él y su amada Manuela, Patriota y amante de usted, lo que más me conmueve de Simón Bolívar es su sencillez humana, su espíritu común que carecía de las pomposas ínfulas de otros héroes. Eso, a mis ojos, lo engrandece.



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