miércoles, 1 de diciembre de 2010

Perras


Esta es la foto de nuestra perrita Chispa. Es una pobre proletaria recogida de la calle por una asociación de ayuda de perros y dos días después pasada a nuestras manos por azares del destino, pues estuvimos, como dice el cliché, en el lugar y el momento adecuados. Su futuro es mejor que el de Laika y Belka, pues aunque nunca va a ser famosa, pasará su vida en relativa tranquilidad haciendo monerías para la familia y alegrándose hasta el grado de los orines cuando volvemos de la calle (aunque hayamos ido solamente a la tienda de la esquina). Tal es el entusiasmo de los perros cuando aman a sus dueños. La Chispa tal vez fue cirquera en algún momento de su corta vida (el veterinario dice que tendrá un año de edad), pues le gusta pararse en dos patas y hacer un bailecito ridículo que por alguna razón me recuerda a Joaquín Pardavé. En muy pocas semanas la Chispa se ha ganado el corazón de los habitantes de la casa y de todos los visitantes.

Viene a cuento porque el 1 de diciembre de 1960 la Unión Soviética lanza al espacio a dos perras: Laika y Belka, que por seis días mantuvieron en vilo a los habitantes de la Tierra que nos quedamos abajo. Yo era muy joven y a mis tres años recién cumplidos no leía el periódico todavía y en mi pueblo tampoco había televisión, pero mi mamá se encargó de mantenernos al tanto de las noticias que culminaron al sexto día con la trágica muerte de las perritas.

Laika y Belka fueron los primeros mamíferos terrestres que traspasaron el umbral del espacio exterior y orbitaron el planeta. Al parecer tenían mi edad, lo que incrementa el dramatismo de este recuerdo; ignoraban todas las cosas del mundo ¡como yo!, y tampoco les gustaba bañarse.

Como estaba previsto, al sexto día (¡no quiero saber cómo!), Laika y Belka fueron sacrificadas, pues se hubieran quemado vivas al reingresar a la atmósfera, pero demostraron científicamente que era posible sobrevivir en condiciones ingrávidas en el espacio exterior, por lo que de inmediato se empezó a preparar a un homínido de nombre Gagarín que fue enviado al espacio cuatro meses después.



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