viernes, 26 de noviembre de 2010

El desliz enjuagado


El 26 de noviembre de 1919 muere fusilado en Chihuahua el general Felipe Ángeles,
uno de los principales jefes del villismo que fue profesor y director del Colegio Militar, gobernador de Coahuila y Nuevo León. Ángeles llegó a ser subsecretario de Guerra con Carranza, pero con el tiempo se convirtió en su mortal enemigo.

Exiliado un tiempo en Estados Unidos, Ángeles regresó para seguir combatiendo a Carranza, contra quien lanza el Plan de Río Florido que resulta un sonado fracaso, pues no logró unificar a los alicaídos villistas. Fue aprehendido y fusilado entre protestas que exigían su perdón.

Desde hace muchos años me venía preguntando cómo era posible que un militar tan destacado como Felipe Ángeles no tuviera una calle importante, un buen monumento o un modesto municipio que llevara su nombre en la extensa geografía mexicana, frente a las miles de calles, escuelas, colonias y plazas con el nombre de Villa. En esas estaba, cuando transitando por las cercanías de la ciudad de Puebla descubrí que sí tiene uno. En efecto modesto, pero municipio al fin.

Se trata del Municipio General Felipe Ángeles, Puebla, situado en el Valle de Tepeaca a unos 40 kilómetros de la capital, de poco más de 17 mil habitantes, famoso en la región por su barbacoa, queso de tuna y pulque curado de tuna. La cabecera municipal se llama San Pablo de las Tunas y cuenta con una iglesia del Siglo XVII, pues antes de llamarse así tenía por nombre Nochtitlán.

Este municipio fue nominado como General Felipe Ángeles en fechas muy cercanas a su fusilamiento, en septiembre de 1923, lo que nos habla de que el clamor de perdón que levantó su sentencia de muerte estaba respaldado por amplios e influyentes sectores sociales y militares que percibieron su muerte como un error y una injusticia. No es que se lavara la afrenta al general Ángeles, pero por lo menos se le enjuagaba.


1 comentario:

  1. Bien dicho, Felipe Angeles era el genio estratégico detrás de Villa

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