viernes, 23 de julio de 2010

Prohibir y permitir


Una de las cosas más frustrantes en nuestro país es ver que existen leyes que simplemente no se cumplen. Por desgracia no es algo privativo de nosotros y forma parte del catálogo de contradicciones humanas. Sin embargo, yo creo que es muy importante tomar decisiones aunque lleve algún tiempo poder hacerlas cumplir, siempre que ese cumplimiento no ocurra demasiado tarde, cuando las acciones que se buscaba impedir hayan agotado el recurso que se buscaba preservar. Es el caso de las ballenas y de incontables especies naturales amenazadas a la extinción.

El 24 de julio de 1982 una Comisión Internacional designada por la ONU aprueba la prohibición terminante de la caza de ballenas en el mundo, que entraría en vigor en 1985. A tantos años de aquella fecha, vemos con tristeza que las nobles y pacíficas ballenas siguen siendo masacradas por compañías inescrupulosas en lejanos puntos de los océanos. Destacan en este ecocidio mercantes japoneses que no han enfrentado aún una autoridad del tamaño de sus intereses capaz de detener su caza ilegal ¿por qué nadie los sanciona o los boicotea o por lo menos les recuerda aquel acuerdo de 1982? Sabemos que valientes organizaciones como Green Peace se enfrentan con sus breves recursos a esos piratas, pero evidentemente no han tenido la fuerza suficiente para evitar las masacres cotidianas.

Foto tomada de: http://www.diarioanimales.com/wp-content/uploads/Caza-de-ballenas.jpg



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