sábado, 17 de julio de 2010

La Bombilla


El 17 de julio de 1928 pudo apreciarse el enorme riesgo que representan los caricaturistas. Mientras celebraba su re-elección a la presidencia de la república, Álvaro Obregón es asesinado por un joven dibujante que se acercó a uno de sus secretarios y le pidió permiso de hacerle un rápido apunte al presidente electo. Concedido el permiso, José de León Toral apuntó rápidamente a la cabeza de Obregón y le descerrajó dos disparos con su pistolita calibre .22

El político sonorense cayó de cara sobre su spaghetti, tiró su copa de agua y ni cuenta se dio de lo que había pasado. Pero en ese momento, en pleno restaurante Las Bombilla del sureño San Ángel en el Distrito Federal, se escribió con letras de plomo el destino de los expresidentes de México. Aunque se coqueteó un par de veces con la reelección en el siglo XX, aquellas dos balitas fueron lo suficientemente disuasivas como para lanzarse a conquistarla.



* La foto del Archivo Casasola


No hay comentarios:

Publicar un comentario