domingo, 13 de junio de 2010

Prueba y error


Imploramos por gobernantes con ideas, con valor suficiente para hacer cosas atrevidas que mejoren las condiciones urbanas de los habitantes de nuestras ciudades. A veces son experimentos, a veces fallan los experimentos, en ocasiones provocan verdaderos desastres.

En 1622 la ciudad de México sufre tremenda inundación por imprudencia del virrey Diego Carrillo de Mendoza, quien puso a prueba el desagüe para ver si era necesario.

Descargaron el río Cuautitlán sobre el Lago de Texcoco y al paso de los meses la ciudad se vio invadida por las aguas; el suceso se repitió en los siguientes años.



1 comentario:

  1. Es increíble lo que se puede hacer si no se toman las medidas preventivas necesarias. Cosas así siguen sucediendo, tal es el caso de la Supervía. Un poco salido del tema, permitame felicitarlo por su blog de antropología mexicana. Las entradas son fascinantes.

    ResponderEliminar