viernes, 7 de mayo de 2010

Inmaduro


No me es difícil detectar algunas inconsistencias de mi carácter y a mi edad, incluso, algunas inmadureces que me sorprenden en medio de la acción cotidiana. Respiro hondo, lo medito unos segundos y me prometo trabajar en ello, lo que a veces ocurre. Así va uno creciendo por dentro, toda vez que por fuera sólo crecen las arrugas y las uñas. Caso contrario con otros adultos con los que interactúo, a quienes a veces no comprendo, me parecen brillantes o idiotas, pero que no interpreto como actos de una mayor o menor madurez. Las groserías de un burócrata las olvido de inmediato, las sonrisas y la inteligencia las guardo como combustible del día.

Viene a cuento por la profunda inmadurez mostrada por el presidente Felipe Calderón en su visita oficial al tradicional desfile del 5 de Mayo en Puebla. Quien lo haya visto alguna vez comprenderá lo que digo. Participan ahí miles y miles de jóvenes y niños que ensayan sus numeritos durante meses, es un esfuerzo descomunal el que demanda ir haciendo piruetas, números musicales y acrobacias en medio del ardiente sol del mes más caluroso del año. Miles de poblanos de agolpan en las aceras del recorrido para ver a sus hijos y parientes debatirse contra la deshidratación, una vez que les dan entrada al desfile, pues generalmente llevan esperando horas en alguna calle aledaña antes de iniciar su marcha.

Calderón llegó malhumorado y por desgracia no pronunció aquella frase que expresó hace dos meses en un estado del sureste: “si quieren me voy”, porque se le hubiera tomado la palabra. La ciudad fue sitiada por su ejército; las autoridades locales rezagadas y ninguneadas. Ofendidas, de hecho. El presidente estaba aburrido y enojado, pero lo más insólito fue que, en medio del desfile, una vez que hubo pasado el contingente del ejército y cuando faltaban por desfilar los contingentes de los niños y jóvenes poblanos, el presidente decidió irse con toda su banda presidencial. En un primer momento reinó la confusión, la gente cercana pensó que el desfile había terminado, el ejército interrumpió la marcha mientras se retiraba, hubo algunos conatos entre jinetes y soldados; la gente ocupó la calle y todo fue bastante caótico por quince minutos, cuando por fin se reanudó el desfile, ya sin la jeta presidencial.

Ayer en la ciudad reinó el azoro, hoy afloró la indignación, los poblanos están muy ofendidos con la actitud de Calderón y tienen toda la razón. Me recordó un día que, siendo presidente de su partido, visitó San Pedro Cholula. El coordinador local organizó una gran bienvenida al joven y prometedor político, contrató una calesa jalada por caballos para que Calderón viajara desde la entrada hasta el centro de Cholula, puso contingentes en las banquetas, banderitas y toda la parafernalia que se estila en ese tipo de visitas. Pero Calderón venía “cansado”, no quería bajarse del autobús que lo llevó hasta ahí. El modesto pero templado coordinador local no se arredró, subió hasta el asiento que ocupaba Calderón en el autobús y, tras amenazarlo con bloquear la entrada del vehículo y suspender el acto programado, el candidato al CEN del PAN tuvo que hacer de tripas corazón y terminar montándose en la elegante calesa. Por desgracia no hubo quién le hiciera recapacitar en esta otra ocasión, quién le hiciera ver que comportarse como si fuera un presidente y atender a los esforzados jóvenes poblanos en el desfile conmemorativo es parte de su trabajo, es parte de la chamba por la cual se le paga bastante bien, además de ser un acto de civismo, de congruencia con todas las liturgias que acompañan a su puesto. Ojalá lo recapacite, respire hondo, madure. Y la próxima vez que venga se comporte como lo que es, el presidente de México. ¿O no?

La foto tomada de: www.quienesquiensonora.com/enojado1.jpg


2 comentarios:

  1. No menos desconcertante es el hecho de que ningún noticiero o periódico haya dado cuenta del bochornoso desaire, ¿o sí?

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  2. Bueno, acá sí, se desagarraron algunas vestiduras; al gober lo mandaron a varias sillas de distancia; se impidió un servicio de viandas "porque ya había desayunado", etc.

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