martes, 8 de diciembre de 2009

Doble fantasía 2


Doble fantasía: Lennon vive, segunda y última parte

- Melchor Morán, enviado de 105 FM, se encuentra en este gran homenaje, listo para establecer contacto con nosotros, Gerardo.

- Captamos su señal.

(De no ser por lo absurdo de la idea, este jet parece estar aterrizando sobre el
micrófono de Melchor. La multitud se hace a un lado ruidosamente).

- Un Boing amarillo aterriza en este momento en la pista número uno del aeropuerto
internacional de Lennon City. Cuando el avión sobrevoló la ciudad se dejaron caer
miles de objetos con una foto de John Lennon y un mensaje aludiendo su despertar,
aunque sea artificial. Tomado del nombre de una de sus canciones, en la fotografía se
aprecia un apacible Lennon que parece decir lo que está resaltado con grandes letras:
"Solamente estoy dormido", solamente he estado durmiendo.

(El avión se mueve por la superficie curva del micrófono de Melchor.)

- El avión amarillo se ha estacionado sobre el hangar del Sargento Pimienta, un enorme
mono de metal y plástico que saluda al avión en medio de la algarabía general. Las
puertas del avión comienzan a abrirse. Unas escalerillas comienzan a situarse en la
puerta del avión amarillo. La puerta se abre, señoras y señores. ¿Quién está ahí?
¡Aparece!

(Melchor siempre ha estado gritando un poco durante su transmisión, pero ahora grita en serio, llora.)

- Es Lennon, es Lennon. John Lennon es quien ha aparecido en las puertas del avión.
Impecable, idéntico, es él mismo. John Lennon, de traje blanco, anteojos
y cabello largo... Está saludando a la gente; agita la mano en señal de saludo a
este público, verdaderamente cautivado por la lennonmanía. John Lennon, treinta y
tantos años... Ustedes perdonen, estimado público, disculpen mis lágrimas, pero la
presencia de esta maravilla científica ha helado la sangre de millones de seres...

(Una enardecida multitud se regodea en el micrófono de Melchor. Viaja la adrenalina
por las fibras ópticas de los satélites y los teléfonos, el replicante Lennon cautiva
aún a quienes no lo ven. De cualquier forma, la señal está por interrumpirse. Imaginamos a Melchor ahogándose en un mar de brazos y micrófonos.)

- La gente empieza a arremolinarse. Todos quieren estar cerca de Lennon. Empiezan
los empujones... ­Uf! weit, weit, I`am press...

(Corte. Silencio. Un largo silencio.)

- Bueno, algo pasó en los jaloneos producidos por la llegada de John Lennon, Ana. Seguro no es nada grave y en unos momentos habremos retomado la comunicación.

- Mientras tanto, hemos tomado de Internet un folleto informativo sobre algunos
detalles del concierto, Gerardo. Dice que el público por ningún motivo debe acercarse
al replicante de Lennon, y que, en general, se eviten actitudes violentas, incendios
y corretizas, pues no se saben aún las reacciones que un ser artificial como éste
pueda tener.

- Así es. El Lennon biónico, aunque tiene sensaciones que le pueden dar placer o
dolor, es capaz, por su naturaleza cibernética, de hacer cosas que un individuo
normal no podría realizar. Aunque no hay nada seguro en esto, pues debemos recordar
siempre que es un experimento. Lo cierto es que se parece bastante al Hombre Nuclear
que interpretaba Lee Majors en la famosa serie ¿no lo crees Ana?

- Pues es lo mismo, diría yo. Un hombre biónico, sólo que con cara de John Lennon.
También nos informan que el concierto durará aproximadamente una hora, y que se
interpretarán diez canciones de The Beatles, y tres más de Lennon en su etapa de
solista.

- ¿Sólo diez canciones?

- Sí, y aquí en el folleto se explica que es por razones de seguridad, pues una fatiga
prolongada del replicante, podría traer consecuencias funestas en la organización
del homenaje, e incluso de los otros tres Beatles: Paul, George y Ringo, que tendrán
que acompañar en el escenario al replicante de John.

- Tenemos nuevamente a Melchor Morán desde Lennon City. Vamos para allá.

(El ambiente es ensordecedor)

- El concierto está por empezar, Gerardo, Ana... público en general. Los enormes
Palacetes de globo han bajado para quedar apenas a unos metros sobre la multitud. El
espectáculo está tan bien planeado, que aprovechando una loma, el escenario fue
construido hacia ella, con lo que todos los asistentes podemos ver los pormenores del
enorme escenario, que con unas enormes y largas rampas por las que desciende agua,
permiten que todos vean bien, pero sería virtualmente imposible subir hasta la plataforma. Quienes lo intentaran resbalarían.

(El público.)

- En una plataforma especial se ha puesto al replicante de Lennon, que hace unos minutos descendió de un helicóptero amarillo, junto a los otros tres Beatles, que los depositó en la parte alta.

(El público.)

- John Lennon bajó y se colocó su guitarra de inmediato. Alzó el brazo saludando a la
gente. Su apariencia es la de una persona idéntica a John Lennon, con actitudes de Lennon y un semblante tranquilo, amable. Masca su histórico chicle y cuando Ringo se le acercó, le palmeó la cabeza afectuosamente. Ringo lloraba sin control.

(El público.)

- La gente grita: Nos han devuelto a Lennon", "nos han devuelto a Lennon" y eso no hay forma de negarlo... La ciencia nos ha devuelto a Lennon. Escuchemos, pues, el
concierto de The Beatles.

(La siguiente media hora es una edición de los momentos musicales más significativo
de The Beatles, primero, y Lennon solista al final.)

(La música por un momento deja de tener relación con la ruidosa masa, que a saber
la rodea, y se escucha franca, estereofónica, magnífica.)

(Al final de todo, el auditorio se manifiesta ruidosamente y Melchor nada en la multitud.)

- El concierto ha terminado. ¿Me escuchan bien, Gerardo y Ana?

- Te escuchamos perfectamente, Melchor.

- ¿Bueno?

- Te escuchamos muy bien -agrega Ana, y grita: -Adelante...

- Miles de lucecitas están encendidas en casi toda la enorme multitud, es el saludo
de un agradecido público, que no cesa de gritar: "Nos han devuelto a Lennon", quien,
por cierto, dentro de unos instantes será dormido por el doctor Frank Ellis, con un
ligero masaje en la parte posterior de la cabeza.

- ¿Melchor...?

- El doctor Ellis ha subido al escenario y se dirige hacia donde está Lennon, que ya
ha dejado su guitarra sobre un atril. El Doctor Ellis sube con absoluta calma
hasta donde se encuentra Lennon.

- ¿Oye, Melchor...?

- No te oye, Gerardo.

- ¿Qué pasa, México?

- ¡Adelante, adelante!

- El doctor le está diciendo algo a John Lennon, señoras y señores. Lennon asiente
y le responde algo al doctor Ellis, que abre los brazos con desesperanza. ¿Qué es
lo que pasa allá arriba, estimado público? Es lo que todos quisiéramos saber.

- ¿La actitud de la gente cuál es, Melchor? ¿cómo se está comportando la gente?

- No te oye, Gerardo.

- Una parte importante del público se niega a aceptar la desactivación de Lennon, que
señala eso al doctor Ellis. El Doctor intenta tocar a Lennon en la cabeza, pero
éste se echa para atrás. Esto no estaba en el libreto, público radioescucha...
¿Qué pretende Lennon? Es evidente que se niega a ser desactivado.

(Sólo la multitud)

- ¿El doctor Ellis lleva algo en las manos, Melchor?

(Una larga pausa)

- Te digo –dice Ana desconsolada-, no te oye.

- El Doctor Ellis sigue a Lennon, con pasos tranquilos, hasta uno de los bordes del
escenario, causando gran inquietud. Ringo Starr pide calma al público y McCartney
ha solicitado ayuda de los asistentes, que entran al escenario pero no se atreven a
acercarse a Lennon.

(Se escucha inquieta la multitud)

- Lennon mira al público, cuando ya Ellis ha desistido en su intención de desactivar al
replicante. Lennon señala algo al público que está exactamente abajo de su posición.
¿Qué pretende, señoras y señores? ¡Se va a lanzar, se va a lanzar! Ringo Starr está
a punto de detenerlo, pero el Doctor Ellis interfiere en su camino, explicándole
que es muy peligroso que lo haga.

- ¡Lennon salta por la rampa del gran escenario! Su cuerpo se desliza suavemente
a través de los cuarenta metros que lo separan de la gente. Ha caído a la multitud,
a la que se interna de inmediato. ¡Allá va, allá va...!

- ¿Dónde está la seguridad, Melchor? ¿Qué pasa con la policía?

- Lennon se ha perdido entre la gente, señoras y señores.

(Helicópteros coopolianos se deslizan por el micrófono de Melchor.)

- Dos helicópteros comienzan a volar sobre las cabezas de la gente. Los enormes globos
habitados sueltan sus amarras y se dirigen al espacio. La policía montada entra por
las esquinas atropellando a la gente.

- Eso que se escucha atrás, Melchor, esas voces ¿qué son?

- Es inútil, Gerardo.

- Un altoparlante de gran potencia anuncia autoritario y frío: "Don not touch the
replicant", "Do not touch the replicant", una y otra vez, lejano y peligroso: "Make
a circle around the replicant", no se toque al replicante, dicen los altavoces, pide
que se haga un círculo alrededor del replicante. "Don not touch the
replicant" Gerardo, Ana, esto se ha convertido en un infierno.

- Melchor, Melchor...trata de acercarte a donde está Lennon. ¿Me escuchas, Melchor?

- Mando micrófonos a México. "Solamente he estado dormido", dice la canción.
"He vuelto nuevamente con ustedes."

(Ruidos y corte)

- Amigos, aquí estamos, pues, tan impactados como ustedes por esta inesperada huída del replicante de Lennon. ¿Qué va a pasar con un hombre biónico que por lo pronto empezó saliéndose de control?

- Así es, Gerardo, y a menos que sea parte del espectáculo, lo que nos ha narrado
Melchor no parece estar planeado. La policía atropellando a la gente con
caballos; un helicóptero, o dos, sobrevolando peligrosamente por encima
del público.

- Sí. Además, la enorme movilización que se ha suscitado en lo más denso del público,
no puede en ningún momento ser parte de un libreto. Lennon ha huido porque se niega
a ser desactivado. Si logra huir, andará por el mundo un Lennon, que no es Lennon,
pero que la gente acepta como tal. Ana...

- No podemos imaginarnos lo que suceda a partir de este momento. No sabemos cuáles sean las instrucciones de la policía, pero por lo pronto vemos que actuó rápida y
violentamente, Gerardo. Pero aquí está de nuevo Melchor Morán desde Lennon City
para narrarnos lo que está pasando.

(Multitud, helicópteros.)

- La huída de Lennon ha provocado una conmoción general. El público intenta
obedecer las instrucciones de los altoparlantes, pero no sabe a dónde ir.
Corre en todas direcciones, en enormes oleadas humanas.

("Make a circle around the replicant")

- ¡A un lado del escenario se está abriendo un círculo entre la gente! Gerardo, Ana.
Hay muchos soldados en esa zona.

("Make..." El helicóptero.)

- El círculo sigue abriéndose, mientras un helicóptero apunta su luz hasta un punto
al pie del escenario.

("Make...")

- ¡El replicante parece estar ahí! El círculo se abre más, señoras y señores.

(Los helicópteros.)

¡Ahí está! Es Lennon. Ahí está Lennon. ¡Es Lennon...!

(Una refriega larga y lacerante de ametralladoras, una sostenida carnicería.
Se dispara tanto como para hacer papilla a la más elaborada y poderosa máquina jamás creada. Se convierte en una hoguera crujiente. Luego de un silencio lánguido y fatal, se escucha "Double Fantasy" con toda su elocuencia.)

fin


** Una disculpa sincera por el estado entresaltado del texto, no hubo forma de razonar con el sistema de edición. Cuando dice “es así”, pues es así. Gracias a Malú por permitirme poner uno de sus cuadros con el agregado de Lennon City.



2 comentarios:

  1. Convendría decir que este cuento obtuvo el premio nacional de cuento en los años ochentas, además de que se adaptó al radio y se transmitió en la ciuidad de Puebla en la 105.1 FM ¿no es así?

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  2. Anónimo. Gracias, así fue, premio de cuento del CREA en el orweliano 1984, juvenil nacional. Como radiodrama Radio Educación lo trasmitió 5 años los 8 de diciembre. En Puebla también fue producido por mí y hace poco me enteré de un chavo de Baja California que lo hizo en You Tube.

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